Crítica: Volkswagen Passat 2.0 FSi
Lo probamos durante una semana para Lubri-Press. Acá está la conclusión:
"Por aspecto y dimensiones el Passat ya no es un auto discreto, aunque sí lo es en la perfección de su comportamiento y en el sobrio funcionamiento de todos sus comandos, que no brindarán ningún sobresalto al conductor una vez que aprenda a dominarlos. El motor naftero 2.0 agrega otra cuota de discreción, porque es perfecto para el manejo cotidiano, si bien le falta algo de pasión. El viejo Passat era un auto que pasaba desapercibido por fuera, pero los usuarios sabían que brindaba generosas dosis de placer por dentro. El nuevo Passat es imponente y llamativo por fuera, mientras que al volante se lo siente perfecto, previsible e infalible. Casi aburrido."
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