LUNES: Esta mañana circulaba como siempre por una de mis autopistas, atestada con autos inferiores. Ante todo, me llamó la atención advertir que el tráfico no se detenía para dejarme pasar, así que comencé a avanzar por la banquina. Después tuve que deslizarme en un hueco entre dos autos para volver a transitar por mi autopista (el conductor del auto de atrás notó su error y me pidió disculpas con un largo y sonoro bocinazo).
Aunque parezca increíble, tuve que hacer la misma maniobra dos veces más hasta poder alcanzar el carril exclusivo para Rolls-Royce (¿por qué algunos autos inferiores insisten en circular por este carril?, ¿las autoridades no deberían informar mejor a los conductores?) De cualquier modo, una vez que alcancé mi carril comencé a crucerear a 230 km/h, disfrutando las adulaciones y los saludos que me enviaban los propietarios de autos inferiores. Iba todo muy tranquilo hasta que me encontré con un auto que, no sólo no era un Rolls-Royce, sino que además estaba circulando a la ridícula velocidad de 90 km/h por mi carril.
Por supuesto, cuando estuve a uno o dos metros de su paragolpes comencé a hacerle luces para pedirle que se hiciera a un lado y recordarle que no debería circular por el carril para Rolls-Royce de mi autopista. Cuando vio que detrás suyo estaba mi Rolls-Royce se hizo a un lado, pero me sorprendió ver que se puso detrás mío. Intentó seguirme el ritmo, pero enseguida comprendió que si yo aceleraba lo dejaría muy atrás, entonces encendió unas luces azules que llevaba en el techo en señal de que quería felicitarme por mi excelente auto.
No hace falta decir que me sentí obligado y, en un gesto de caballerosidad, me detuve. Entonces el hombre del auto con las luces azules en el techo me dio un papel que confirma que mi auto es muy veloz. Ahora quiere que todo el mundo sepa que yo tengo un auto superior, así que mañana tengo que ir al Tribunal de Faltas a demostrarlo. El simpático hombre también me dijo que en el futuro podrían quitarme mi permiso de conducir. ¿Se imaginan eso? ¡Ya no sería necesario llevar ese molesto carnet de plástico! Esa es la clase de respeto que uno recibe cuando maneja un Rolls-Royce.