Hay muchas personas que no saben manejar y es comprensible. Lo difícil de entender es que haya personas que se jacten de ello. Sobre todo porque no saben lo que se pierden. No es necesario violar ninguna norma de tránsito para darse cuenta de que dominar un auto puede ser una de las sensaciones más divertidas y vertiginosas de la vida. El analfabeto sobre ruedas más famoso de la Argentina es Charly García, que se pasea por Buenos Aires en la limousine blanca del bailantero Roberto Edgar. El empresario Omar Chabán se refugia en su ignorancia al volante cada vez que pide su libertad en el caso Cromañón, en un intento por demostrar su incapacidad de fugarse por medios propios. El Indio Solari, ex líder de Los Redonditos de Ricota, también se enorgullece de su ignorancia: "A mí me gusta el taxi", dice.
Darío Gallo, editor de la revista Noticias, publicó en su Bloc de Periodista un comentario sobre Argentina Auto Blog y deslizó una honesta autocrítica: "Entre las muchas cosas que debería aprender un periodista es a manejar un auto. Yo no lo sé".
La tendencia llegó al cine y por estos días el director Jorge Gaggero exhibe "Vida en Falcon", la historia de un "sin techo" que no sabe manejar y que se compra un viejo Ford para convertirlo en su nueva vivienda. Lo admirable de Orlando, el protagonista de la historia, es que a pesar de ser incapaz de poner el auto en marcha, desarrolla las mismas mañas y obsesiones que todo fierrero suele derramar sobre su vehículo.