No hay persona que no haya viajado alguna vez en uno. Y aunque son pocos los que tuvieron la posibilidad de sentarse al volante, todos alguna vez soñamos con ser colectiveros para cortar boletos, ayudar a las abuelitas, piropear a las pasajeras bonitas, pelear a los taxistas y robarle los pasajeros al compañero que viene atrasado.

La leyenda dice que el transporte colectivo urbano es un invento argentino y, aunque se trata de un mito, al menos es una práctica muy antigua: el primer “taxi colectivo” funcionó en Buenos Aires en 1928. Entre los más modernos se encuentra el bus articulado Mercedes-Benz 0500 UA (foto), que ya utiliza la línea porteña 132.

Fileteados, algo sucios, con cartelitos de “gracias a la vieja” y choferes de humor cambiante, sólo en la ciudad de Buenos Aires los colectivos transportan a 10 millones de pasajeros por día.