Starsky y Hutch no serían nada sin él. La imagen de los dos policías de Bay City quedó para siempre ligada a la coupé roja y blanca del óvalo. El productor George Grenier fue el encargado de conseguir el auto para la filmación de la serie. Fue suya la idea de pintarle la franja blanca y de tunearlo con neumáticos anchos, tomas de aire más grandes y una cola algo diferente, que le daba un toque más deportivo.

La repentina popularidad del Gran Torino sorprendió a todos. Sin gastar un dólar, Ford sacó más rédito publicitario de la serie que los patrocinadores, curiosamente Chevrolet y Dodge. En 1976 se lanzó una serie limitada “Starsky & Hutch” de la que se vendieron 10 mil unidades. Esto fue lo que permitió filmar la remake hace cuatro años, puesto que no había sobrevivido ninguno de los ejemplares que se usaron en la serie original.