“Aquella fue una carrera terrible, pero homenajes como éste me cargan la batería a esta altura de la vida”. Con estas palabras, José Froilán González agradeció anoche el homenaje que le hizo un grupo de artistas plásticos por su triunfo en las 24 Horas de Le Mans de 1954. En el evento, realizado en el Módena Design, se presentó una obra inédita del pintor Jorge Ferreyra Basso, que ilustra el dramatismo del mayor triunfo del gran Pepe, quien anoche no paraba de sonreír y agradecer con la actitud campechana que lo caracterizó siempre.

“El mejor año de la carrera de Froilán fue sin dudas 1954”, reseñó al comienzo de la velada Hugo Semperena, editor de la prolija revista Ruedas Clásicas. “Su triunfo en Le Mans con la Ferrari y su victoria en el Gran Premio de Inglaterra de ese mismo año le hicieron valer el apodo de Toro de las Pampas”.

La obra de Ferreyra Basso, diseñador jubilado de General Motors Europa, muestra a la Ferrari 375 que Froilán compartió en esa competencia con el francés Maurice Trintignant. Liderando bajo la lluvia, el auto italiano resiste el acoso de un Jaguar.

“Tuvimos muchos problemas con la lluvia esa noche. Fue una carrera terrible. Se mataron dos pilotos, pero a mí Dios me ayudó porque un par de veces anduve al borde del camino”, recordó Froilán. “Cuando Trintignant me entregó el auto a dos horas del final llevábamos dos vueltas de ventaja. Cuando me subí a la Ferrari, el motor no arrancó. Los mecánicos tardaron un buen rato en descubrir que se habían mojado los dos magnetos de atrás, porque Trintignant se había olvidado de cerrar la toma de aire cuando empezó a llover. Salí con apenas 40 segundos de ventaja sobre el Jaguar y casi sin frenos. Hice mil firuletes arriba de ese auto, pero aguanté en la punta hasta el final”.

Froilán firmó 20 reproducciones de la obra original, que se pusieron a la venta entre los numerosos coleccionistas de autos clásicos que participaron del homenaje.