Resulta que hay un grupo de franceses que se trajeron cuarenta Citroën 2CV desde Europa para viajar por ruta desde Buenos Aires hasta Ushuaia. Se los iba a homenajear ayer con un asado en San Antonio de Areco y me pareció una buena excusa para probar el C4 gasolero. Pero al final, los franceses quedaron varados en Buenos Aires porque la gente de la Aduana sacó a relucir sus mejores artes burocráticas con estas pobres ranas.
En el peaje de Solís me crucé con la gente de Citroneros.com.ar, también en caravana para agasajar a sus colegas galos. Nos quedamos sin asado, pero estuvimos casi dos horas en la banquina charlando, sacándonos fotos y hablando de autos y de viajes. Había uno que se había venido desde Córdoba y otro me mostró fotos del periplo que se hizo en el 2CV hasta Punta del Este, con toda la familia a bordo.
¿Qué me pareció el C4? Eso es lo de menos. Ayer, en la Ruta 8, comprobé una vez más que lo importante no son los autos, sino las historias que uno vive con ellos.
# por Anónimo - 20 noviembre, 2007 09:30
Buen remate de la nota CC, comparto al 100%, mi Escort por ejemplo no será una joya pero me hizo conocer a un grupo de gente con la que termine compartiendo una amistad y muy buenos momentos.
El auto es una excusa.
# por Anónimo - 21 noviembre, 2007 09:31
Que tal soy Claudio del mehari y la verdad siempre en la ruta se conocen personas espectaculares y ni hablar si encima andan en un citro, todo un sentimiento.
Lástima las autoridades de la Aduana Argentina es lamentable lo que hicieron con esta gente.
# por CC - 21 noviembre, 2007 15:59
Claudio, lo mismo digo!! Un abrazo grande.
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